martes, 27 de octubre de 2009

Repartiendo nesplas

"Amb temps i palla maduren les nesples" (Con tiempo y paja maduran las nesplas). El dicho popular nos recuerda la virtud de ser paciente y no desesperar, dejar pasar el tiempo para que las cosas acaben siendo como se pretende).

Como ya os conté en otra ocasión, en mi jardín tengo dos árboles de la misma familia y género: Rosaceae Maloideae. Árboles y frutos son claramente diferentes y de hecho en catalán se llaman de manera distinta: nesprer y nespler. Si quieres conocer los detalles botánicos e históricos de cada especie pulsa aquí.

Uno de ellos es un nisperero (nesprer) o Eriobotrya japonica que hemos plantado la primavera pasada. Es un ejemplar joven y todavía no ha dado frutos (nísperos, en castellano, nespra o nespla en catalán). Es la especie más conocida, comercializada y consumida en la actualidad, y supongo que todos sabeis a cuál me refiero pero en caso de dudas podeis encontrar más información aquí.

El otro ejemplar es un nespler o Mespilus germanica, que ya encontramos sembrado al comprar la casa hace tres años y desconozco cuantos años puede tener. En la wikipedia lo llaman Nisperero europeo, frente al anterior que denominan Nisperero del Japón. Sus hojas son similares, pero las del ejemplar europeo son más redondeadas y de color verde más claro. Cada vez que le enseñaba el árbol a las visitas y les preguntaba si sabían lo que era, me negaban rotundamente que fuera un níspero. Durante dos años dejé los frutos en el árbol, incapaz de saber qué hacer con ellos. La primavera pasada descubrí maravillada que nuestro nespler o nisperero europeo es un árbol cada vez más escaso en la isla; que los frutos no maduran nunca en el árbol y de allí procede la expresión "Fotre una bona nespla" en referencia a lanzar el fruto, duro, contra otra persona. En el blog Amics arbres mencionan que tradicionalmente la fruta era recolectada en otoño y guardada en un lugar cubierto de paja hasta que maduraba lo suficientemente para ser consumida.

Así lo he hecho hoy: me he encaramado al árbol y he recogido (casi todos) los frutos, más de dos kilos y medio. Yo no los he probado nunca y aunque me gusten dudo que pueda comerme tantos. Así pues no dudes en avisarme si te apetece probar algunos.