jueves, 3 de marzo de 2011

Siguiendo el Tao

Jardín

El calor cegador divide la noche del día,
clava cortas sombras en la tierra fecunda.
Verdes zarcillos, cargados de judías,
Se enrollan alrededor de rústicas rejillas de bambú.
Flores violetas se abren eróticamente de par en par entre hojas aterciopeladas:
Una sola calabaza contiene los sueños del mundo entero.

Deng Ming-Dao

Hay gran satisfacción en hacer crecer tu propio alimento. Estás cerca de la tierra. Usas los elementos básicos -agua, luz solar, tierra, aire, y plantas- para tu trabajo, tu sustento y tu placer. Cuidas tu jardín desde los semilleros hasta las plantas maduras, atendiéndolo, podándolo, desmalezando. Año tras año ves ir y venir los ciclos, desde germinar a cosechar a marchitarse, a sembrar otra vez. Comes tus plantas para vivir. A ti no te importa y a ellas no les importa. Algún día tú volverás a esa tierra, de regreso al suelo abrasado por el sol, y te convertirás en alimento para las plantas. Es el camino de toda vida, y está todo muy de acuerdo. Quienes siguen el Tao dicen que toda realidad es como una serie de círculos anidados: los microcosmos dentro de los macrocosmos. Lo que está a mano es un microcosmo de lo que está lejano. ¿Por qué buscar el Tao por todas partes? Está todo contenido en las semillas de la calabaza creciendo en tu jardín.

Fuente: VivirTao.