Es difícil explicar el cúmulo de sensaciones, vivencias y recuerdos que este año me ha aportado, porque todo lo que hemos hecho supera las meras acciones - sembrar plantones y semillas, luchar contra pulgones, quitar malas hierbas y regar-, va más allá. Me quedo con otras cosas más intangibles, que me han pasado por primera vez en este año de huerto, y que colateralmente han contribuido a conocer mejor mis capacidades y mis límites:¿Qué añadiría acerca de este último año?Me dejo otras muchas sensaciones, a las que me cuesta poner palabras. Quizás el año que viene me resulte más fácil, y entonces prometo compartirlas. Gracias por estar allí todo este año, por echarme un mano en el huerto, por darme consejos y ánimos, por leer el blog y dejar algún comentario. Muchas gracias, de corazón.
- las dudas de los días previos
- la satisfacción de haber montado las paradas
- la perplejidad de ver surgir las primeras flores
- la tranquilidad que aporta regar al anochecer
- la desilusión de los intentos fallidos
- la magia de la naturaleza, que todo lo puede
- la recompensa de las cosechas
- el festín de los sabores
- la perseverancia depositada en vencer a los pulgones
- la libertad de saltarse un poco el método
- la apatía del invierno
- la alegría de compartir los resultados con las personas que quiero
- las necesidad de experimentar
- la curiosidad por aprender
- la superación del miedo al fracaso
- la energía canalizada en quitar malas hierbas
- la sensación de transitar un camino propio
- la paciencia de dejar crecer los frutos hasta su momento justo
- las ganas de divertirse
- la oportunidad de dialogar e intercambiar conocimiento
- la felicidad de trabajar a medias
- la satisfacción de descubrir resultados en los frutales, tras años de espera
- la suerte de tener un trocito de tierra al sol
- la renovación que trae el buen tiempo
- la tristeza de recoger la última hortaliza de cada temporada
- la aceptación del paso de las estaciones, las inclemencias, los sucesos y los imprevistos
- la intuición de guardar semillas para empezar de nuevo
- el amor depositado en un proyecto, y en un futuro
Empecé este blog como un diario del jardín. Deseaba ir identificando la flora tan diversa, y para mí desconocida, que teníamos en casa, e ir explicando cómo iba cambiando el jardín a lo largo de los años porque era inevitabe ir poniendo y quitando plantas. Me pareció que a los chicos les gustaría leerlo cuando fueran mayores y les ayudaría a recordar detalles de su infancia. A la vez sentía (y siento todavía) una creciente necesidad de leer sobre horticultura y ecología, y con el blog podía ordenar conceptos, dejar por escrito algunas ideas, y pensar en las emociones que el huerto estaba despertando. Al escribir desentrañaba el diálogo que empecé a tener con la tierra, con la naturaleza, a raiz de llegar a esta casa.
Entrada a entrada, se ha ido construyendo Diálogo con la Tierra. Aún no sé qué es, este blog, y qué quiere ser 'de mayor'. Han pasado dos años y sigo escribiendo, pero porque también sigo caminando, respirando, trabajando, sonriendo, soñando, viviendo de la manera que sé, o que soy:
- Sin certezas, por pura intuición y por esa necesidad intensa de entender y entenderme
- Sin un destino claro, pero con energía e ilusión para recorrer el camino
- Con respeto hacia la tierra
- Con espíritu crítico respecto a lo que veo y aprendo
- Con honestidad y con mucha humildad -porque es sólo el diario de mi huerto, como otros tantos huertos que hay en el mundo, no es un blog técnico, no soy profesional, no pretendo llegar a nada-
- Con vocación de aprender cualquier cosa que me ayude a ser mejor persona
- Con gratitud por todo lo que el huerto me ha regalado
- Y con mucha curiosidad por todo lo que ha de llegar