sábado, 5 de junio de 2010

Dos años de huerto

Dentro de unos días se cumplirán dos años que montamos el huerto y sembramos los primeros plantones. El año pasado ya hablé sobre ello, lo reproduzco en verde. A todo lo que dije, no le quito ni le pongo una coma. Si acaso le añado (al final) unas cuantas líneas, con lo que hoy por hoy creo que es este blog.
Es difícil explicar el cúmulo de sensaciones, vivencias y recuerdos que este año me ha aportado, porque todo lo que hemos hecho supera las meras acciones - sembrar plantones y semillas, luchar contra pulgones, quitar malas hierbas y regar-, va más allá. Me quedo con otras cosas más intangibles, que me han pasado por primera vez en este año de huerto, y que colateralmente han contribuido a conocer mejor mis capacidades y mis límites:
  • las dudas de los días previos
  • la satisfacción de haber montado las paradas
  • la perplejidad de ver surgir las primeras flores
  • la tranquilidad que aporta regar al anochecer
  • la desilusión de los intentos fallidos
  • la magia de la naturaleza, que todo lo puede
  • la recompensa de las cosechas
  • el festín de los sabores
  • la perseverancia depositada en vencer a los pulgones
  • la libertad de saltarse un poco el método
  • la apatía del invierno
  • la alegría de compartir los resultados con las personas que quiero
  • las necesidad de experimentar
  • la curiosidad por aprender
  • la superación del miedo al fracaso
  • la energía canalizada en quitar malas hierbas
  • la sensación de transitar un camino propio
  • la paciencia de dejar crecer los frutos hasta su momento justo
  • las ganas de divertirse
  • la oportunidad de dialogar e intercambiar conocimiento
  • la felicidad de trabajar a medias
  • la satisfacción de descubrir resultados en los frutales, tras años de espera
  • la suerte de tener un trocito de tierra al sol
  • la renovación que trae el buen tiempo
  • la tristeza de recoger la última hortaliza de cada temporada
  • la aceptación del paso de las estaciones, las inclemencias, los sucesos y los imprevistos
  • la intuición de guardar semillas para empezar de nuevo
  • el amor depositado en un proyecto, y en un futuro
Me dejo otras muchas sensaciones, a las que me cuesta poner palabras. Quizás el año que viene me resulte más fácil, y entonces prometo compartirlas. Gracias por estar allí todo este año, por echarme un mano en el huerto, por darme consejos y ánimos, por leer el blog y dejar algún comentario. Muchas gracias, de corazón.
¿Qué añadiría acerca de este último año?

Empecé este blog como un diario del jardín. Deseaba ir identificando la flora tan diversa, y para mí desconocida, que teníamos en casa, e ir explicando cómo iba cambiando el jardín a lo largo de los años porque era inevitabe ir poniendo y quitando plantas. Me pareció que a los chicos les gustaría leerlo cuando fueran mayores y les ayudaría a recordar detalles de su infancia. A la vez sentía (y siento todavía) una creciente necesidad de leer sobre horticultura y ecología, y con el blog podía ordenar conceptos, dejar por escrito algunas ideas, y pensar en las emociones que el huerto estaba despertando. Al escribir desentrañaba el diálogo que empecé a tener con la tierra, con la naturaleza, a raiz de llegar a esta casa.

Entrada a entrada, se ha ido construyendo Diálogo con la Tierra. Aún no sé qué es, este blog, y qué quiere ser 'de mayor'. Han pasado dos años y sigo escribiendo, pero porque también sigo caminando, respirando, trabajando, sonriendo, soñando, viviendo de la manera que sé, o que soy:
  • Sin certezas, por pura intuición y por esa necesidad intensa de entender y entenderme
  • Sin un destino claro, pero con energía e ilusión para recorrer el camino
  • Con respeto hacia la tierra
  • Con espíritu crítico respecto a lo que veo y aprendo
  • Con honestidad y con mucha humildad -porque es sólo el diario de mi huerto, como otros tantos huertos que hay en el mundo, no es un blog técnico, no soy profesional, no pretendo llegar a nada-
  • Con vocación de aprender cualquier cosa que me ayude a ser mejor persona
  • Con gratitud por todo lo que el huerto me ha regalado
  • Y con mucha curiosidad por todo lo que ha de llegar