lunes, 22 de marzo de 2010

Esto sólo se arregla si...



Lo insinuaba en entradas anteriores pero vale la pena seguir ahondando en ello, en ésta y las siguientes. En el actual escenario de crisis del sistema económico capitalista, y de incapacidad y corrupción del sistema político, y la actual coyuntura social y cultural, se está fraguando un cambio. Cada vez hay más gente 'bajándose' del sistema, grupos de ciudadan@s experimentando, innovando, reinventando, pasando a la acción, arriesgando, aprendiendo y sobre todo creyendo en lo que hacen. Poco a poco, van cogiendo fuerza nuevos modelos de organización social, proyectos sociales auténticos, que implican colaboración y respuesta ciudadana [por poner un ejemplo, los grupos de consumo de alimentos y productos ecológicos]. Iniciativas enraizadas en conceptos como consumo responsable, responsabilidad social corporativa (bien entendida), gobernanza colectiva, glocalidad, emponderamiento ciudadano, inteligencia emocional, comercio justo, solidaridad, decrecimiento, sostenibilidad ecoógica y socioeconómica, banca ética, bien común, ruralismo, organización en red (horizontal) y apoyo de las TIC.

Esta introducción viene a colación de acontecimientos recientes que están levantando polémica y despertando consciencias, pero no de la forma y en los términos en que (creo) fueron inicialmente planteados, y de los que se desprenden (a mi parecer) varias conclusiones, por lo menos (1) que la (ciber)ciudadanía puede parecer tonta, pero a menudo demuestra que no lo es; (2) que las redes sociales tienen sus propias unas reglas de funcionamiento y allí no siempre funcionan las propuestas de los medios de comunicación tradicionales, y (3) que los social media se basan en un conocimiento compartido y distribuido por los propios usuarios y a un coste cercano a cero, no en campañas millonarias montadas por organizaciones también millonarias. Me explico: hace unas semanas arrancó en la red -y poco después llegaron los anuncios a los medios de comunicación tradicionales y en las vallas publicitarias- una campaña de la Fundación Confianza ("una entidad sin ánimo de lucro ni filiación política, impulsada y respaldada por las principales empresas y organizaciones del país", según reza su propia web): Esto sólo lo arreglamos entre todos. Publicaron un manifiesto, un vídeo, perfil en Facebook, etc. con consignas como "Queremos arreglar esto, y lo queremos arreglar nosotros", "Porque si no lo arreglamos nosotros, ¿quién lo va a hacer?". Poco después saltó la chispa, esos "nosotros" no apelaba a unos ciudadanos auto-organizados que habían conseguido la implicación desinteresada y sincera de personajes públicos -como Juan José Millás, Angels Barceló, Ferrán Adriá, Jordi Évole, El Follonero, Buenafuente, Marc y Pau Gasol, Carlos Sáinz, Melendi, Fernando Encinar, Michael Robinson, Edurne Pasabán, y otros que se fueron sumando a lo largo de los días siguientes-. Aunque la Fundación Confianza indica que "tiene como fines impulsar y alentar la confianza de los ciudadanos en España y en sus empresas, promocionar la imagen de España, de sus empresas y de sus productos, tanto en el interior como en el exterior, desde todas las perspectivas, económica, empresarial, social o cultural; estimular la mejora de la competitividad de las empresas y de la economía española, promover el desarrrollo económico y social de España y mejorar la percepción de España como marca en todos los ámbitos", una mirada al presupuesto invertido en el proyecto y a las fuentes de financiación puso sobre la mesa que el probable objetivo de la campaña era lavar la imagen de las propias organizaciones implicadas, que son -nada más y nada menos-: Abertis, BBVA, Caja Madrid, las Cámaras de Comercio, Cepsa, Endesa, El Corte Inglés, Iberdrola, Iberia, Indra, La Caixa, Mapfre, Mercadona, REE, Renfe, Repsol, Santander, SEOPAN, Telefónica y colaboran además las empresas BBDO Consulting, Synovate, SCPF, ARENA, The Cocktail, Altimiras. Las conexiones entre los personajes públicos implicados y las organizaciones promotoras [por ejemplo, Buenafuente] fueron desmontando la presunta implicación desinteresada y auténtica que pretendían transmitir.

La respuesta de la cibersociedad no se hizo esperar. A medida que fueron filtrándose datos sobre la auténtica naturaleza de esta iniciativa, y el perfil de las organizaciones promotoras, en las redes sociales fueron surgiendo voces de rechazo y se sucedieron algunas reacciones importantes: Se descubrió que ha costado cuatro millones de euros. Se descubrió que MLP, una empresa participada por 'El Terrat' trabaja para esta campaña. TVE se desmarcó eliminando los espacios de promoción que les había reservado. Buenafuente hizo promoción de la campaña en su programa, pasando de puntillas por la evidencia de su vinculación. La contracampaña Esto sólo lo arreglamos sin ellos fue censurada en Facebook.

A fecha de hoy, parece se ha consolidado una contracampaña, Esto sólo lo arreglamos entre todxs, que cuenta con web, blog, perfil en facebook y en twitter. Además de este vídeo, la contracampaña ya tiene también su propio Manifiesto. En Facebook podeis encontrar otras iniciativas similares, como Estoloarreglamosentretodos.org? Que lo arreglen los que lo estropearon!, o Esto lo jodieron ellos y ahora pretenden que lo arreglemos nosotros o Esto no hay que arreglarlo, hay que cambiarlo por uno nuevo. José Luis Montes de Wikihappiness está poniendo en marcha Se creen que somos tontos. Emma Riverola habla en su columna semanal de El País. No falta quien ya le puso un toque de humor al tema, planteando la contracampaña que hubiera hecho Einstein (en realidad es un texto que se atribuye al genio sobre la crisis):

No pretendamos que las cosas cambien si seguimos haciendo lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos.

La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar “superado“.

Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia.

El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos.

Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia.

Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto trabajemos duro.

Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla.

Me parece acertadísimo el análisis que hace Martha, del blog Taller de documentales, sobre la utilización intencionada del lenguaje audiovisual para apelar a una emoción del usuario: la confianza. Porque, ¿cómo puede generar optimismo, positividad y confianza una campaña gestada de manera opaca, que indudablemente conlleva desconfianza, descrédito, decepción? Me extraña que semejante colectivo de promotores y empresas de comunicación implicadas no supieran dimensionar la previsible reacción de la ciberciudadanía, que no hayan tenido en cuenta que la viralidad puede tener dos caras, creo que en parte están aprovechándose de ello para visibilizarse, e insistir en los valores que a ellos les interesa inculcar en el inconsciente colectivo- el tesón, el sacrificio, el ahorro, la inversión, la unidad-, no los que la ciudadanía está empezando a generar por si misma: el espíritu crítico, la consciencia, la rebeldía, la organización colectiva, el compromiso, la diversidad y la participación.

También lo clava la descripción del grupo EstoLoArreglamosEntreTodos.org? Que lo arreglen los que lo estropearon!: "Una campaña parida de arriba a abajo, con todos los elementos de fachada primorosamente dispuestos para que parezca un movimiento social originado espontáneamente de abajo a arriba." haciendo referencia a la contraposición entre el modelo push (la organización emite el contenido que quiere hacer llegar a la ciudadanía, el cambio surge de la cúspide hacia la base o top-down) que proponen los promotores de la campaña y la propuesta pull (la ciudadanía tira, el cambio surge de la base, se produce un movimiento bottom-up) que hace un tiempo que los demás hemos puesto en marcha.