Este post también se podría titular "Del Yes we can, al Just do it". Después de unas semanas dándole vueltas, pensando si era ya la hora de dar el salto, al final esta temporada me he decidido... A mediados de abril me quité de encima la pizca de pereza que lo impedía, y me acerqué al vivero en busca de algunos sobres de semillas con las que preparar, por vez primera después de dos años de experimentos en el huerto, los planteles.
Casi como un juego, fuimos llenando los semilleros con tierra bien abonada, depositando 3-4 semillas en cada envase, cubriéndolas con otra pizquita de tierra. Y tras una buena ducha con la regadera, las bandejas ya estaban listas para pasar unas semanas bajo el mini-invernadero o semillero que compré el año pasado. Concretamente hemos preparado semillas de calabaza sanmartín, calabacín diamante, col lombarda, espinacas, berenjena violeta y pimiento dulce italiano, tomates de ensalada y tomates cherry. Y porque nos quedamos sin envase, sin tierra y sin espacio en el invernadero, porque fuerzas, ganas y semillas nos quedaban.
Mientras los planteles aguardaban su momento óptimo bajo la protección del semillero, me tocó recoger las últimas verduras de la temporada otoñal: espinacas, acelgas, puerros y cebolletas, espinacas, zanahorias, y por supuesto las habas que ya están a punto. Tras cavar la tierra, y esparcir un lecho de compost (aún me queda del que traje hace dos años) y volver a colocar las mangueras exudantes, el martes 10 sembré algunos planteles que compré en Viveros Can Juanito: tomates raf y de ramillete, pimientos de padrón, además de rojos y verdes, berenjenas, sandía y dos tipos de lechuga.
En cuanto al semillero, a finales de abril estuvimos aclarando los brotes, y ese mismo día 10 estuvimos pasando las primeras matas a las paradas, el resto (tomates, berenjenas, pimientos) los pasaré el próximo miércoles 19. Es un poco antes de lo que las monté el primer verano, lo cual dicho de paso salvó mi cosecha, pues fue una primavera muy lluviosa y los que montaron el huerto pronto vieron como se les podrían las matas. Y bastante después que el año pasado, que no fue una buena cosecha, para qué negarlo, porque no regué lo suficiente, y aún lo cuidé menos. Ya veremos el resultado, como hemos puesto también planteles podré comparar resultados con las matas que he conseguido en el semillero.
En cuanto a otras tareas del huerto, hemos eliminado las malas hierbas y hemos plantado albahaca, la gran aliada de los tomates. También hemos puesto en vereda la menta chocolate, que había vuelto a adueñarse de las paradas, y francamente estoy a punto de eliminarla completamente, porque es con diferencia la aromática más invasora que conozco. Un poco más allá de las paradas, junto a la mimosa, hemos sembrado rúcula, perejil y tres plantas de fresón que esperemos que sí nos regalen frutos, pues será ya el tercer año que siembro fresas y nunca vimos el resultado.
Como premio a tanto esfuerzo, en otros rincones del jardín he plantado flores varias, de temporada, especialmente petunias y margaritas aunque también dos matas más de lavanda, porque es una de mis flores favoritas, y semillas de Bella de Noche (Mirabilis jalapa), simplemente porque al verla me recordó los veranos de mi infancia. Por si no la conoceis se trata de una planta que en verano y en otoño ofrece pequeñas flores rojas, rosas, blancas o amarillas, y que presenta una particularidad: sus flores se abren solamente desde la tarde hasta la mañana del día siguiente.
En la sección de frutales, todo sigue su curso: en unos días tendremos la primera cosecha de nísperos, los albaricoqueros muestran ya algunos frutos formados, pero los cerezos parece que este año no serán generosos. Los limoneros están cargados de flores, nuevamente, y el manzano muestra un sinfín de diminutos frutos con los que espero este año hacer compota. Y en el ciruelo, los huevos de mirlo ya se abrieron, y ahora tenemos cuatro polluelos.
Para acabar, resumen de tareas pendientes: colocar las cañas en las tomateras y la matas de berenjena, arrancar las plantas de haba que ya están secándose, sembrar grama en la zona de los olivos, y quizás también distribuir una bala de paja en los senderos, lo que evitará que sigan saliendo tantas malas hierbas. Nota: en negrita, las referencias a las fotos de esta entrada.
domingo, 16 de mayo de 2010
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