miércoles, 4 de agosto de 2010

Algo para recordar



Justo hoy hace un año perdimos a Rexi, un gran compañero de vida. A diario me mostraba el universo de emociones y valores que albergaba. Era un perro noble y fiel, congruente y honesto, plenamente conectado consigo mismo y con la naturaleza, inteligente y amoroso a partes iguales. No quedaba hueco para el rencor en ese alma, que amaba sin miedo ni límites. Disfrutaba y sufría por todo lo que iba pasando a su alrededor, y en cambio fue paciente y sereno con lo que le afectó a él.

Después de convivir con Rexi durante dos años, no me queda la menor duda que otros perros, y otras especies, pueden sentir todo esto...

PD: En la foto, Rexi cuando llegó a casa. Y así era cuando se perdió.