Que el paso de las estaciones es inexorable e imparable, no es ningún descubrimiento. Pero que mi jardín se prepara con determinación y decisión para desplagarla en toda su plenitud, es algo que cada año me sorprende. Quizás porque el ser humano muestra más resistencia al cambio, más dolor en las pérdidas y más temor ante los nuevos escenarios que se plantean. Y aunque tiene capacidad para anticipar el futuro, quizás necesita observar el eterno renacer de la naturaleza -auténtica superviviente a la lluvia, el viento, las heladas y la nieve- para empezar a florecer. Querer es poder, está claro, pero creo que siempre hay algo concreto -un gesto, una palabra, un detalle, un presentimiento- que activa ese proceso de cambio, crecimiento y renovación. Estas flores -aparentemente inocentes, pero vete tú a saber jejeje- creo que son las responsables de que yo empiece a desperezarme, que ya tocaba, y vuelva a trabajar en el jardín. Victor Hugo dijo: "El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad." Para mí, el jardín es una oportunidad para continuar avanzando, hacia proa siempre.
En las fotos, flores de haba, ciruelo, cerezo y albaricoquero. Premio para quien acierte cual es cada una :-)
sábado, 13 de marzo de 2010
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1 comentario:
Hola, bonitas fotos, bonitas flores, y tus post como siempre me hacen reflexionar. Bienvenida la primavera¡¡¡ Un abrazo.
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